¡UN SINCERO HOMENAJE Y RECONOCIMIENTO A LOS MAESTROS Y MAESTRAS DE VERDAD!

Ayer, 6 de julio, se celebró por un año más el “Día del Maestro”, fecha conmemorativa a través de la cual se recuerda principalmente a los hombres y mujeres que a través de la noble y muchas veces difícil labor de la docencia han asumido la encomiable tarea de formar a las nuevas generaciones de nuestro país preparándolas para los diversos retos de la vida. En tal sentido, cabe recordar que la docencia es, ante todo, una vocación de servicio al prójimo, que se desempeña como consecuencia de una pasión intrínseca por trasmitir a los demás no sólo conocimientos sino sobre todo experiencias, valores, virtudes y principios éticos que todos necesitamos para poder adquirir la sabiduría y la responsabilidad que se requieren para andar por el camino de la vida.

Por ello, a través de estas breves líneas deseamos rendir un modesto pero sincero homenaje y agradecimiento a los verdaderos maestros y maestras de nuestro país, es decir, a aquellos que desempeñan esta labor social siguiendo la voz de su conciencia y el dictado de su corazón, teniendo como principal satisfacción y motivación la formación integral de seres humanos que actúen en sociedad como personas de bien.

Pero, no obstante ello, hay que recordar que a pesar de lo vital que es esta profesión para la formación de los seres humanos, lamentablemente hasta el día de hoy no ha sido debidamente reconocida y valorada por nuestra sociedad y, mucho menos, por el Estado. En efecto, basta observar para darse cuenta de ello las precarias condiciones en las que la gran mayoría de los maestros de nuestro país cumplen su misión a diario, sin contar con los recursos que toda buena formación requiere y con salarios que en más de una ocasión los obligan a buscar otros empleos. A todo lo cual debemos sumar los retos que implica lidiar a diario con los problemas que los hijos de las nuevas generaciones traen a las aulas desde sus respectivos hogares, los cuales pasan desde los conflictos familiares y la falta de una adecuada educación en el hogar (muy influenciada por los medios de comunicación basura que cada vez trasmiten peores ejemplos), hasta deficiencias de tipo nutricional y de recursos económicos.  

Por otro lado, es bueno recordar también que la condición de maestro no es exclusiva de quienes ejercen la docencia en las aulas. En efecto, tarde o temprano, y en algún momento de nuestras vidas, todos y cada uno de nosotros asumiremos el rol de maestros de las nuevas generaciones y, eventualmente, de nuestros hermanos (wauqekuna) y hermanas (panikuna) generacionales. Y será entonces en ese momento cuando, si nos comportamos como verdaderos maestros de nuestros congéneres, sabremos inculcarles con todo el amor y la humildad que nos sea posible, el más puro amor y respeto hacia nuestra Madre Tierra y hacia todos los seres que la integran, enseñándoles que el ser humano no está por encima de ella sino que por el contrario forma parte de un todo con ella, y que por esa razón es preciso defender y proteger a la Naturaleza de cualquier agresión, siendo la mejor forma de lograr ello vivir una existencia en absoluta armonía con el medio ambiente y con todos los seres y elementos que lo conforman.

Esa es la mayor herencia cultural de nuestros antepasados incas y preincas, la cual estamos obligados a conservar y trasmitir a nuestros descendientes. Por eso, no sigamos permitiendo que los medios de comunicación y esta sociedad individualista siga criando y formando a nuestros hijos e hijas; hay que asumir con responsabilidad nuestro rol de padres y maestros de nuestra descendencia.

Finalmente, desde el COLECTIVO POR LA MADRE TIERRA – COMTERRA queremos extender un sincero homenaje y reconocimiento a todos los maestros y maestras, y esperamos que a través de su ejemplo y enseñanzas logren que esta actual sociedad vuelva al seno materno y, de esta forma, lograr reconstruir ese mundo solidario, amoroso y respetuoso que nos legaron nuestros pueblos ancestrales.

"Todos somos hijos e hijas de la Madre Tierra, madre de todas las madres. Somos parte de ella. Sin nuestra Madre Tierra la existencia de la humanidad sería  imposible. Amémosla, cuidémosla y defendámosla de todos aquellos que la agreden y destruyen por culpa del dios dinero. El agua, el aire, la tierra, los animales, las plantas y la armonía natural valen mucho más que el oro"

                        COLECTIVO POR LA MADRE TIERRA - COMTERRA

VER: caricaturas de Quino, 

La genialidad del artista produce una de las mejores criticas sobre la educación de los hijos en los tiempos actuales y como a través de la sociedad actual, carente de valores, nuestras futuras generaciones van directo al abismo.