El 5 de junio de cada año se celebra el “Día Mundial del Ambiente”, fecha instituida por la ONU en 1973 con la finalidad de promover una mayor conciencia entre los seres humanos y los gobiernos del mundo (sobretodo de occidente) con relación a la problemática medioambiental que atraviesa actualmente nuestro planeta.
Al respecto, recordemos que para nuestras culturas originarias la Pachamama (Madre Tierra) es un ser vivo que merece el amor, el cariño, el respeto y todos los sentimientos que dignamente se profesa hacia una madre. De allí que, por siglos e incluso milenios, estas culturas hayan vivido en total armonía con la naturaleza, aunque hoy se ven amenazadas por el despojo de sus tierras como consecuencia, entre otras razones, de las concesiones mineras, petroleras y forestales.
Ahora bien en cuanto a riqueza natural se refiere, nuestro país es francamente privilegiado. En efecto, según lo señalado en los fundamentos de la Política Nacional del Ambiente, somos uno de los 15 países con mayor diversidad biológica del mundo; poseemos 25 000 especies de flora (nada menos que el 10% del total mundial, siendo el quinto país en número de especies); tenemos 4 400 especies de plantas de propiedades conocidas y utilizadas; 182 especies de plantas domesticadas nativas; somos el segundo país en especies de aves (1 816); y el tercero en especies de anfibios (408) y mamíferos (462 especies); tenemos cerca de 2 000 especies de peces (10% del total mundial); y poseemos 36 de las 83 especies de cetáceos del mundo.
Además, el Perú es considerado centro de origen de diversidad genética, pues posee 11 ecorregiones, 28 de los 32 tipos de clima del mundo y 84 de las 117 zonas de vida del planeta. Asimismo, es el noveno país en bosques, el cuarto en bosques tropicales, y posee el 13% de bosques amazónicos. Pero sobretodo, el Perú posee una gran de reserva de agua, ya que existen entre 12 000 lagos y lagunas.
Sin embargo, todo este maravilloso conjunto natural está desapareciendo debido a la vorágine consumista y depredadora de esta sociedad occidental, la cual, con el fin de saciar sus frívolas y superficiales necesidades, día a día viene destruyendo a nuestra Madre Tierra sin ningún remordimiento.
Ocurre pues que en nuestro país no existe un marco legal que proteja realmente nuestro medio ambiente, pues las penas, sanciones administrativas y multas contra quienes contaminan y destruyen los ecosistemas y hábitats no son disuasivas en lo absoluto. Por ejemplo, y sólo para recordar un caso, en junio de 2010 se rompió el dique de relaves de laEmpresa Minera Caudalosa Chica (Huancavelica), arrojando millones de desechos tóxicos a los ríos Opamayo y Escalera, matando la vida que aún existía en esos ríos y diseminando los relaves aguas abajo. Sin embargo, a la fecha de hoy no hay ningún responsable y la mina sigue operando sin problema alguno. De igual forma, por esa misma fecha la Empresa Plus Petrol derramó miles de litros de petróleo en el río Amazonas, sin que hasta el momento hayan responsables o sanciones administrativas digna de remarcar.
Y así, al igual que no hay sanciones drásticas para quienes, producto de la contaminación, generan enfermedades mortales a las poblaciones en donde desarrollan sus actividades (como es el caso de la empresas mineras que operan en Choropampa y en San Mateo de Huanchor), mucho menos existen severas sanciones para los que destruyen y agreden a nuestra Madre Tierra.
No hay que olvidar que una sociedad que no respeta, valora y ama a su madre es una sociedad que marcha por el camino de su autodestrucción. Y esta sociedad occidental, a la que tanto le gusta aglomerarse en centros urbanos y centros comerciales, está poco a poco destruyendo su propio hogar, el lugar donde ha nacido, crecido y donde dejará sus restos.
Pero este 5 de junio para el Perú también ha sido una fecha importante por otro motivo: fue el día en el que, a través de su voto en la elección presidencial, se han pronunciado las provincias de nuestro Perú profundo o, mejor dicho, ese otro país que desde Lima históricamente nos hemos negado a ver sólo para poder vivir tranquilos y cómodos; aquél país de sierras, montañas y selvas que siempre nos ha dado los recursos que necesitamos (muchas de veces de manera generosa, y otras tantas a sangre y fuego); ese país que nos ofrece los ricos productos de la Madre Tierra que nos nutren y que disfrutamos, y de los que nos jactamos a nivel mundial a través de nuestra gastronomía; aquel país cuyos antepasados nos heredaron ese rico y diverso patrimonio cultural que hoy sustenta una de nuestras principales actividades económicas, como es el turismo; aquél país olvidado que ha puesto los muertos desde siempre para forjar el Perú de hoy, pasando por las guerras de “independencia”, las guerras civiles, la guerra con Chile y la guerra interna de los años 80 y 90s; aquél país que ha sufrido las consecuencias de la contaminación ambiental y la destrucción y robo de miles de hectáreas de tierras para sustentar la hambrienta e ingrata economía limeña; aquél país que en parte conocemos gracias a los escritos de Arguedas, de Alegría y de Scorza; aquél de los tantos Baguazos que se han repetido año tras año y que desde la capital ignoramos completamente.
No es posible tampoco pasar por alto –como han hecho los medios de desinformación- que este 5 de junio también se ha conmemorado un año más de los tristes y lamentables sucesos de Bagua, donde nuestros pueblos indígenas de la Amazonía salieron a protestar en contra de las concesiones petroleras y mineras otorgadas por este gobierno aprista y los que lo antecedieron en sus territorios ancestrales. En tal virtud, sirva la presente nota para rendir un sentido homenaje a los defensores de nuestra Madre Tierra.
Finalmente, debemos tener en cuenta que si esta sociedad occidental no diseña sus políticas de desarrollo en armonía con nuestro medio ambiente, con nuestra Madre Tierra, como lo hicieron nuestros antepasados, pues simplemente nos avizora un no muy lejano futuro desolador y apocalíptico. Recordemos que, al fin y al cabo, sólo depende de cada uno de nosotros vincularnos más con la sabiduría y las prácticas de nuestros ancestros originario para amar y defender a nuestra Pachamama.
"Todos somos hijos e hijas de la Madre Tierra, madre de todas las madres. Somos parte de ella. Sin nuestra Madre Tierra la existencia de la humanidad sería imposible. Amémosla, cuidémosla y defendámosla de todos aquellos que la agreden y destruyen por culpa del dios dinero. El agua, el aire, la tierra, los animales, las plantas y la armonía natural valen mucho más que el oro"
COLECT IVO POR LA MADRE TIERRA - COMTERRA
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